Un buen día, decidí coger el pincel para expresar y transformar en algo bello todas las experiencias y emociones vividas.
Aunque la pintura en aquel momento era un hobbie que aún comenzaba, me asombre al saber que era una forma de sentirme realizada.
Aún no puedo describir con palabras la sensación que sentí, al descubrir, que no existe mejor pincel que las yemas de mis dedos.
Entradas
No hay comentarios:
Publicar un comentario